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Se prevé que en 2030, la industria del cannabis pueda generar más de 44.000 empleos

Si bien Colombia exporta productos con CBD, en el país aún no se pueden comercializar ante la falta de permisos y barreras

Juan Pablo Vargas Cuellar

En vísperas de la realización de ExpoCannaBiz, feria de negocios de productos de cannabis en Cartagena, se llevó a cabo el foro ‘El cannabis, un nuevo negocio que mueve el mundo’. En él estuvieron presentes el ministro de Justicia, Wilson Ruiz Orejuela, el viceministro de Desarrollo Empresarial, Jorge Enrique González y contó con la apertura del presidente de la República, Iván Duque.

Según datos suministrados por Procolombia, el país ha venido aumentando paulatinamente sus exportadores en este campo. Si bien 2019 fue el año en el que hubo menos exportaciones (US$310.000), para 2020, la cifra se elevó a cerca de US$5,2 millones, lo que representó un crecimiento cercano a 1.500%.

Con la expedición del Decreto 811 de 2021, que impulsó la consolidación del marco legal para el crecimiento de la industria, a 2021 la cifra de exportaciones se mantuvo alrededor de los US$5,16 millones. Pero, para los tres primeros meses de este año, las ventas del producto se han elevado 95% en comparación con el mismo periodo del año pasado.

Entre los países a los que Colombia exportó esta clase de productos entre 2021 y 2022, se pueden encontrar potencias como Alemania, Israel, Australia, Estados Unidos y Reino Unido que ven en el país un productor confiable según los panelistas.

Según el ministro Ruiz, desde la cartera se han venido implementando políticas como la sustitución de cultivos ilícitos por plantas de cannabis, con los cual esperan seguir aumentando no solo la producción, sino también las exportaciones, el comercio de los productos terminados y el empleo.

Este último aspecto, dijo Ruiz, podría ser uno de los más beneficiados, pues cada hectárea, podría producir cerca de 17,5 empleos.

Según Rodrigo Arcila, presidente de la Asociación Colombiana de Industria de Cannabis (Asocolcanna), la flexibilización que habido con el sistema para el otorgamiento de las licencias y el número de cupos han sido medidas claves para el crecimiento del sector en los últimos años.

“Desde la administración nos pusimos como objetivo dejar en cero los procesos atascados para la consecución de licencia de cultivo y procesamiento. Antes de la regulación había más de 2.700, hoy tenemos pendientes entre 70 y 80 procesos”, dijo el ministro de Justicia.

Sin embargo, Arcila dijo, aún hace falta que otras entidades como el Invima también “comiencen a optimizar y de esa manera reducir sus trámites para la emisión de sus certificaciones” y de esta manera se cree un mayor incentivo para que más empresas se inmerjan en el negocio.

Entre los retos que se le plantean a la industria está la reglamentación que permita el uso del componente CBD (que proviene de la planta de cannabis y no es psicoactivo) en los suplementos dietarios. Estos, si bien ya se encuentran aprobados para la exportación, aún no cuenta con los permisos para comercializarse en el país.

Arcila agregó que pese a esto, el número de empresas asociadas a Asocolcanna no ha parado de crecer. “Incluso durante la pandemia, seguimos recibiendo solicitudes de empresas para pertenecer a la Asociación. Hoy somos 35 en el gremio pero esperamos cerrar el año con más de 40”.

Según datos suministrados por MinJusticia, para 2030 es posible que la industria genere más de 44.000 empleos y por ende es necesario “incentivar la inversión con trámites sencillos y baratos”.

Perspectiva Verde

Desde hace un tiempo ya, algunas de las comunidades más civilizadas del mundo vienen reconociendo frente al consumo recreativo del Cannabis, lo que hace muchos años fue evidente con el consumo del alcohol; primero, que a la gente le gusta, segundo, que se debe tratar como un tema de salud pública y tercero, que sus restricciones y prohibiciones alimentan una gigantesca economía, oscura e ilegal, que no le aporta nada a las comunidades afectadas.

A pesar de lo anterior, y de la también gigantesca economía restrictiva del consumo recreativo, los cultivos siguen aumentando, y la gente sigue consumiendo, la consecuencia de lo anterior, aunque se prefiera mirar hacia otro lado o no nos guste, es una obviedad, mientras exista semejante demanda, siempre habrá alguien dispuesto asumir los riesgos de la ilegalidad, esto último  lo convierte en negocio con unos márgenes de rentabilidad inigualables. Es un buen ejemplo de que a mayor riesgo, mayor rentabilidad.

Por otra parte, del lado del consumidor, compra un producto sin ningún tipo de control de calidad, un producto que no le retorna nada a su entorno, un producto que tiene que comprar en la clandestinidad, debajo de los puentes, a malandrines y jibaros, quienes además no les interesa si el comprador es un niño o un joven, y quienes en ultimas son los agentes comerciales de organizaciones que arreglan sus diferencias a balazos.

Mientras tanto, el año pasado, en el 2021, la industria del Cannabis supero en ventas a la franquicia Starbucks, solo California ha recaudado en 3 años 2800 millones de dólares en ingresos fiscales derivados del Cannabis, el primer día de ventas en New Jersey tuvieron 2 millones de dólares en ventas, hace apenas unos días, Rhode Island se convirtió en el Estado 19 de Estados Unidos en aprobar una regulación del cannabis recreativo, los ingresos por impuestos de venta de cannabis medicinal y recreativo en Arizona superaron juntos los del tabaco y el alcohol, En Asia, Tailandia regalará un millón de plantas de cannabis para su cultivo doméstico a la población y en Sudáfrica se disponen a crear una ciudad inteligente centrada en la industria del Cannabis.

Y ¿Colombia?, Colombia bien, pensando aun en pequeño, se han dado avances en términos de licenciamiento y producción de cannabis con fines medicinales, farmacéuticos e industriales, pero es que ningún otro país merece el título de mayor y mejor productor de Cannabis del mundo, es que esta industria puede generar millones de ingresos y miles de empleos, puede retornar algo de todo lo que le ha arrebatado; y es que parece que selectivamente olvidamos, que nadie ha puesto más huérfanos, viudas y tragedias que Colombia, en una lucha restrictiva que hace años está perdida., por qué no reconocemos la oportunidad en el problema, por qué no aceptamos que la política restrictiva es un fracaso, por qué tenemos que seguir haciendo lo mismo que no ha funcionado, y finalmente la pregunta que siempre me hago cuando veo un borracho ¿Cómo es posible que uno consiga Alcohol (que además estuvo prohibido) en cada rincón y que para comprar un bareto toque a escondidas.